Manejo de la ansiedad ante la pandemia del COVID-19

Cuando estamos de cara a eventos desconocidos, es casi imposible que no surjan emociones de miedo e incertidumbre; pero experimentar esto es parte de la naturaleza humana. Actualmente, como sociedad nos estamos enfrentarnos a un virus nuevo para el cual aún no existe una vacuna y que aparentemente se está propagando de forma exponencial, por lo cual es fácil que nos sintamos alarmados.

Ante esto, las personas reaccionan con respuestas de vigilia y peligro que pueden llevarnos a experimentar ansiedad. Esta es una emoción que nos prepara para manejar de forma anticipada dichos peligros y está ligada al miedo (reaccionando antes de que el peligro esté presente de manera inminente); por otro lado, también está presente la incertidumbre, que lleva a nuestra mente a buscar formas de enfrentar la falta de información certera sobre la situación y lo que pueda pasar.

Además, si a esto sumamos que la principal medida recomendada para la prevención de un posible contagio es mantenernos en cuarentena, la situación genera pánico. Sin embargo, es importante hacer una diferencia del concepto de cuarentena al de aislamiento.

De acuerdo a la Ley General de Salud1 (2020) cuarentena es “la limitación a la libertad de tránsito de personas sanas que hubieran estado expuestas a una enfermedad transmisible, por el tiempo estrictamente necesario para controlar el riesgo de contagio”. En cambio, el aislamiento se define como “la separación de personas infectadas, durante el periodo de transmisibilidad, en lugares y condiciones que eviten el peligro de contagio”. Ambos conceptos en el uso público pueden confundirse y alarmarnos más de lo necesario, porque principalmente impactan en nuestra rutina diaria (cancelación de actividades académicas y eventos de concurrencia, trabajo a distancia, cierre de fronteras, etc.), y como medida preventiva fomentan que se viva en un estado permanente de ansiedad por lo que pasa dentro y fuera de casa.

Por tal motivo, las medidas recientemente implementadas pueden vivirse como una experiencia desagradable pues representa la perdida de la libertad, se experimenta incertidumbre sobre la evolución de la enfermedad, la separación del núcleo social y el aburrimiento, creando con ello un panorama desalentador. Sin embargo, es necesario no ignorar las medidas recomendadas para la prevención, y, además, aprovechar este momento para trabajar en nuestras herramientas de gestión de emociones, así nuestra salud mental no será dominada por el miedo y la ansiedad.

En este orden, te sugerimos:

  1. Infórmate de fuentes creíbles y analiza los hechos:
    Hablamos de un nuevo virus, lo cual hace que la información se esté actualizando constantemente y eso nos haga sentir inseguros. Por tanto, la recomendación general es ser selectivo con lo que se lee; busca fuentes oficiales y confiables que te faciliten revisar datos de manera consistente, lógica y con una visión mucho más crítica. No creas lo primero que llega a tu vista antes de corroborarlo con las fuentes de información adecuadas. También se recomienda darse un espacio ante el bombardeo de información, realizar otras actividades y no mantener la mente pendiente a cualquier comentario o dato que se proporciona en medios masivos como páginas de internet, redes sociales, medios televisivos y radiocomunicaciones.
  2. Analiza la situación por lo que es y no por lo que te imaginas que pueda llegar a ser:
    Algo muy eficaz al momento de experimentar ansiedad en cualquier situación de vida, es identificar el riesgo actual y no lo que yo temo/imagino/supongo que puede ocurrir. Al estar ansioso, es común que nuestra mente maximice las situaciones que estamos viviendo y perciba los riesgos de manera poco realista. En contraste, cuando te das un tiempo para analizar la situación, se puede alcanzar un entendimiento más claro y alentador de lo que es en este momento y anticipar el futuro como una catástrofe.
  3. Elabora un plan de acción:
    Una forma de disminuir la ansiedad es saber que se está en control de una situación determinada; cuando acatas las recomendaciones y medidas de prevención que las diversas instituciones han implementado y están recordándonos constantemente, se disminuye considerablemente el riesgo de contagio. Además de cuidar y monitorear tu salud, es conveniente establecer un plan de acción, organizando y/o adaptando tus actividades cotidianas para realizarlas. De tal forma que puedas dedicarle tiempo específico a aspectos académicos y/o laborales, convivencia con las personas que vives, pasar tiempo en línea con tus amistades y/o pareja, actividades de ocio y diversión; además de intentar también acciones que te permitan un desarrollo personal y recreativo, por ejemplo: leer, hacer ejercicio, cocinar, hacer alguna manualidad tipo DYI (Do it yourself), aprender un idioma en línea, tocar un instrumento, etc.
  4. Si ya hiciste lo que te toca hacer, sigue con tu vida:
    Cuando se tiene un análisis realista de la situación y un plan de cómo responder ante ella, es momento de soltar la ansiedad. Enfócate en lo más inmediato, realiza actividades con objetivos específicos; puedes apoyarte de una lista donde marques tus progresos de cada día, esto te generará satisfacción y ayudará a mantenerte enfocado y productivo, además de brindarte una visión mucho más objetiva y realista de la situación.
  5. Haz ejercicio:
    Limitar tus salidas e idas al gimnasio no quiere decir que descuides tu salud. Puedes mantenerte activo con los canales de ejercicio de Youtube, Instagram, los videos de Tik Tok, o adquirir aplicaciones en línea -gratuitas o de paga-, que te ayudan a mantenerte en forma, y que responden a cualquier necesidad, desde cardio, bajar de peso, aumentar masa muscular, hasta realizar ejercicio en espacios reducidos o con cierto equipo que puedes conseguir en tu casa o que ya tengas. ¡No hay pretexto!

Dirección de Desarrollo Estudiantil
Departamento de Apoyo Estudiantil

Lic. Erika Jazmín Martínez Castro
Coordinadora de Promoción a la Salud
apoyo.estudiantil@udlap.mx


1 Ley General de Salud (2020), T XVIII-Capítulo 1 Medidas de Seguridad Sanitaria: http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/legis/lgs/index-t18.htm