Estimados miembros de los Consejos Universitarios:
En cumplimiento a lo establecido por el Estatuto Orgánico de la Universidad de las Américas Puebla en su artículo 12º, fracción XV, les fue enviado el Informe de Actividades correspondiente al periodo 2024-2025. Solicito su autorización para hacerlo accesible a todos los miembros de la comunidad universitaria a través de su publicación en el portal de nuestra institución.
Agradezco su aprobación. A partir de este momento el informe estará disponible para todos los miembros de la comunidad en el intranet institucional.
Celebramos 85 años de existencia y 55 de la inauguración de nuestro campus en Cholula. A lo largo de esta historia nuestra universidad se ha destacado por el prestigio nacional e internacional de sus programas académicos y la fortaleza de sus programas de investigación. En los años 50s del siglo pasado los programas en Antropología, Arqueología, Arte, Escritura Creativa y Estudios Latinoamericanos dotaron de prestigio a la universidad y la convirtieron en la mejor “Liberal Arts College” del país. En la década de los sesenta nuestras licenciaturas en Relaciones Internacionales, Psicología y Negocios, el proyecto arqueológico en Monte Albán y la creación de la primera clínica para atención psicológica de niños OIRA, nos distinguieron como la universidad para jóvenes deseosos de obtener una educación integral e innovadora y una experiencia multicultural.
Pese a nuestro prestigio, para alcanzar la dimensión que el entonces rector D. Ray Lindley tenía de nuestra institución como puente entre las culturas de Norte y Sudamérica, la universidad requería de instalaciones acordes con su prestigio académico. Esta carencia le llevó a plantear a los entonces miembros del Consejo de la universidad, la construcción de un campus con facilidades de clase mundial que complementaran el prestigio académico de la institución.
Las condiciones políticas de la época favorecieron este proyecto. Acreditada por el sistema de educación americano y por su origen como integrante de la comunidad americana radicada en México, la universidad fue candidato a recibir del USAID un financiamiento equivalente a la mitad de la construcción de un campus universitario como el soñado por Lindley.
El resto tendría que ser encontrado en México.
Respondiendo al reto, la Fundación Mary Street Jenkins se comprometió a financiar la otra mitad de la construcción bajo la condición de que el campus se ubicara en la milenaria ciudad de Cholula. En 1970, la visión de Ray Lindley y la magnificencia de la Fundación Mary Street Jenkins transformaron el sueño en realidad al inaugurarse en la antigua Hacienda de Santa Catarina Mártir las instalaciones que hoy celebran 55 años de existencia.
Con una extensión física de más de 80 hectáreas, facilidades académicas y educativas del más alto nivel mundial y una benéfica simbiosis con la comunidad cholulteca, la UDLAP es hoy una universidad de clase mundial con un ambiente multicultural e internacional.
Pero no toda nuestra historia fue miel sobre hojuelas. Así como señalamos los éxitos obtenidos a lo largo de nuestra historia, así debemos señalar también los eventos negativos que amenazaron nuestra existencia como universidad en más de una ocasión a lo largo de estos 85 años.
En 1961 un fraude financiero originó la primera crisis existencial de la universidad. En 1976 el campus de Cholula fue tomado por organizaciones sindicales ajenas a la institución, la cual tuvo que recurrir a instalaciones temporales en la ciudad de Puebla para continuar con su misión. En 1985 un conflicto interinstitucional llevó a la separación que hoy existe entre Universidad de las Américas Puebla y Universidad de las Américas México, separación que generó grandes pérdidas para la UDLAP mismas que fueron resueltas por la generosidad de la Fundación Mary Street Jenkins, generosidad que permitió a nuestra institución continuar operando con normalidad. En 2007 la incapacidad de la entonces administración universitaria para escuchar las legítimas demandas de su comunidad paralizó a la institución y afectó nuestro prestigio por un largo período. Por último, los acontecimientos del período 2020-2022 casi terminaron con nuestra institución.
Pese a todo ello, aquí estamos celebrando 85 años de existencia. Ha quedado claro que esta es una universidad para los siglos.
El año pasado me comprometí a trabajar junto a todos ustedes para recuperar el lugar que nos correspondía en el firmamento de instituciones de educación superior de México. Manifesté que estaba consciente que el camino hacia esa recuperación no sería sencillo, pero que gracias a la fortaleza de quienes integramos la comunidad UDLAP lograríamos transitar con éxito ese camino de recuperación.
Hoy puedo aseverar que lo hemos logrado gracias al trabajo conjunto de todos quienes integramos la comunidad UDLAP.
Los resultados de rankings y acreditaciones de nuestros programas de estudio confirman nuestra calidad académica. El ranking del periódico El Universal, considerado como el más serio en nuestro país, colocó a la UDLAP como la tercera mejor universidad y primera entre las universidades privadas del país. Veinte de veintiún licenciaturas evaluadas fueron rankeadas como las mejores entre universidades privadas de México, un incremento de dos respecto al número alcanzado el año anterior.
A la fecha todas nuestras licenciaturas, maestrías y doctorados cuentan con la acreditación nacional, nuestros 5 doctorados forman parte del Sistema Nacional de Posgrados de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación de México y nuestros programas de maestría se mantienen entre los 5 mejores del país. La lista completa de nuestras acreditaciones y rankings pueden ser consultadas en el informe que se entregó a ustedes.
En el semestre de Primavera 2025, nuestro plantel académico llegó a 716 profesores. La totalidad de ellos cuenta con posgrado, 80 porciento con doctorado o el grado terminal de su especialidad y 55% son miembros del Sistema Nacional de Investigadores e Investigadoras de la SECIHTI, porcentajes nunca antes alcanzados en nuestra institución. Nuestro programa de internacionalización continúa y hoy 16% de los profesores de tiempo completo son de nacionalidad extranjera, algo único entre universidades privadas del país.
Gracias al crecimiento de nuestra facultad, la razón de estudiantes por grupo se redujo a 24 y la de estudiantes por profesor a 22, niveles equiparables a los de universidades americanas acreditadas por la Southern Association of Colleges and Schools Comission on Colleges, organización que nos acredita como universidad perteneciente al sistema educativo de los Estados Unidos. Más importante, a pesar de las complicaciones creadas por la pandemia del COVID y la subsecuente toma de nuestro campus, nuestra eficiencia terminal repuntó alcanzando en este año 70% de la cohorte estudiantil que ingresó entre 2020 y 2021, eficiencia terminal que se traducirá en una ceremonia de graduación de casi 2000 jóvenes que recibirán su grado académico; una de las generaciones más numerosas en la historia de la universidad.
Nuestro compromiso hacia la juventud y su educación no se plasma únicamente en estadísticas sobresalientes de tasas de retención, estudiantes por grupo, estudiantes por profesor o eficiencia terminal. El verdadero compromiso de nuestra universidad se demuestra al integrar a jóvenes talentosos de escasos recursos quienes tienen acceso a nuestra educación gracias al programa de apoyo educativo con que contamos.
Convencidos de que la educación de calidad es el único nivelador social que permitirá una nación más justa, en este año académico la universidad otorgó un total de 940 millones de pesos en apoyos educativos a jóvenes con necesidades financieras. Gracias a ello 7,000 alumnos (casi el 80% de nuestra población estudiantil) tienen un apoyo financiero que les permite el acceso a nuestra educación de calidad sin importar su nivel socioeconómico. Más importante aún, dada la característica de nuestros apoyos educativos, al término de sus estudios estos jóvenes iniciarán su vida profesional sin el peso de un adeudo que limita sus perspectivas personales y profesionales como ocurre en otras universidades, cuyos apoyos educativos se otorgan bajo la fórmula de créditos institucionales que debe pagar posteriormente el estudiante o su familia. Nuestro compromiso social con la juventud y su educación es inigualable y seguirá siéndolo.
Si bien la enseñanza de calidad es nuestra misión, la investigación aplicada debe ser nuestra pasión.
Clasificada como universidad nivel VI por la Southern Association of Colleges and Schools Comission on Colleges, nuestra universidad está obligada a ser una Research Institution. Por ello contamos con un sólido programa de investigación que contribuye al progreso de la ciencia y tecnología, genera recomendaciones de política pública para mejorar el bienestar de la población, y provee soluciones para empresas privadas que les permite mejorar su competitividad. Durante el período de este informe 220 proyectos de investigación con la participación del 67.2% de nuestros profesores de tiempo completo fueron realizados.
Para consolidar el papel de la investigación en nuestra institución, este año se creó la Vicerrectoría de Investigación y Posgrado cuyo propósito es fomentar la investigación aplicada y verificar la calidad y pertinencia de nuestros programas académicos de posgrado.
Mediante la gestión eficiente de recursos, el incremento de apoyos económicos para estudiantes, el desarrollo de estrategias que protegen los derechos de la comunidad universitaria, la formalización de contratos y registros de propiedad intelectual, así como la optimización de nuestros procesos administrativos, la UDLAP fortaleció su sostenibilidad financiera, operativa y académica asegurando un entorno de equidad, innovación y excelencia institucional.
Los resultados financieros muestran que la recuperación que iniciamos en el año 2023 se consolidó en el año 2024. El superávit de 12 millones de pesos obtenido en 2023 se incrementó a 65 millones al término del año 2024, y los flujos resultados de las actividades operacionales nos permitieron financiar inversiones cercanas a 115 millones de pesos. Las inversiones hechas nos han permitido actualizar laboratorios académicos, facilidades educativas, equipo de enseñanza, biblioteca, tecnologías de la información y facilidades deportivas y culturales, coadyuvado a crear un ambiente favorable y privilegiado para el estudio y desarrollo de los estudiantes y la academia.
Instituciones financieras que nos habían descalificado durante la crisis 2020-2022 reanudaron su financiamiento a la universidad. Hoy contamos con una liquidez financiera superior a los 500 millones de pesos que nos permite estar preparados para responder adecuadamente a cualquier impacto negativo como resultado de los eventos económicos que ya impactan fuertemente al comercio internacional de México y del mundo, y que auguran para nuestro país un año con crecimiento negativo en su economía.
Las perspectivas económicas que se pronostican para México y el mundo en el período 2025-2026 nos obligan a permanecer prudentes en el uso de nuestros recursos, a robustecer el control del uso de nuestros recursos financieros, tecnológicos y humanos y a continuar con el programa de austeridad y consolidación financiera iniciado en otoño de 2022.
Nuestros éxitos culturales y deportivos se encuentran reseñados en el Informe que he entregado a ustedes. Basta con señalar que los Conciertos Navideños y demás actividades de los equipos culturales representativos UDLAP han puesto en alto el nombre de la institución y de sus programas académicos ante más de 39,000 espectadores en diversas ciudades del país, sobresaliendo los conciertos y actividades teatrales en los estados de Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán. Para 2025 planeamos consolidar esta presencia e incrementar el número de estados de la república en que nos haremos presentes como Coahuila, Jalisco, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí llevando nuestro nombre en esas regiones a través de la calidad de los programas culturales que nos distinguen.
De igual forma, con sus logros a lo largo de 2024 y principios de 2025, los equipos deportivos representativos han confirmado la excelencia de nuestra universidad. El renovado Templo del Dolor fue la nueva casa de nuestro equipo de FBA, equipo que dentro de su programa de reconstrucción logró terminar invicto su rol de partidos jugando como local. El equipo de fútbol femenil repitió como campeón nacional en el torneo TELMEX por segundo año consecutivo y jugará la final del torneo CONADEIP este fin de semana. Los equipos varonil y femenil de atletismo lograron el tricampeonato consecutivo del torneo CONADEIP algo extraordinario en esa disciplina estudiantil en México. Nuestros equipos de basquetbol femenil y voleibol varonil lograron colarse en las finales de los torneos nacionales en sus disciplinas y jugarán esas finales en esta semana.
En la universidad estamos convencido que estimular a jóvenes a estudiar licenciaturas en ciencia y tecnología deben ser un propósito permanente. Por esta razón hemos creado el programa de Equipos Representativos STEM-UDLAP para demostrar a nuestra juventud que no solo en cultura y deporte podemos destacar, también lo haremos en las áreas de ciencia y tecnología a través de estos nuevos equipos representativos.
Impulsado por nuestros resultados en rankings nacionales e internacionales, nuestras acreditaciones nacionales e internacionales, la actualización permanente de nuestros programas de estudio, la cooperación de más de mil trescientas empresas en el programa de Prácticas en la Profesión y un fuerte programa de investigación aplicada, en el semestre de Otoño 2024 alcanzamos la cifra de 9011 estudiantes inscritos. Más de 2,700 fueron de nuevo ingreso y 300 de estos provinieron de 40 países asegurando la internacionalidad de nuestro alumnado; sobresalen en este sentido contingentes de alumnos llegados de Francia, Alemania y los Estados Unidos de América.
Quiero reconocer públicamente al equipo de incorporación UDLAP que ha trabajado incansablemente estos años para revertir el impacto negativo sufrido durante la crisis institucional que nos afectó entre 2020 y 2022. Su dedicación y entrega son ejemplares y han permitido a nuestra institución recuperarse plenamente en un muy corto tiempo. Pero también quiero reconocer públicamente a todos aquellos miembros de nuestra facultad, staff administrativo y estudiantes que han apoyado las actividades del equipo de incorporación en giras y eventos. Su apoyo y participación permitieron demostrar la calidad académica de nuestra universidad y atraer un creciente número de estudiantes de estados diferentes a Puebla.
Como decimos en esta universidad todos somos incorporación.
Pido un aplauso para todos ellos.
Podría seguir detallando los éxitos y logros del periodo 2024-2025 hasta aburrir a cada uno de ustedes hasta el cansancio. Afortunadamente no es necesario pues ustedes pueden encontrar ese detalle en el informe que tienen en sus manos. Solo deseo enfatizar que la recuperación de la universidad y el refrendo de su calidad académica, administrativa y financiera es resultado del trabajo de los más de 1900 colegas que día tras día, infatigablemente desarrollan sus labores cumpliendo con nuestro lema de dar un servicio de Calidad Con Calidez en beneficio de los más de 9,000 estudiantes con que contamos. A todos mis colegas reitero mi agradecimiento y reconocimiento pues, aunque llamamos a este documento “Informe del Rector” en realidad es el informe de los logros de la comunidad UDLAP, logros que gracias a ellos se han obtenido en el periodo de referencia.
Somos una comunidad, todos somos la UDLAP.
Desde 1939 no habíamos enfrentado una crisis como la que hoy está emergiendo en el horizonte geopolítico mundial. La arquitectura multilateral creada para garantizar paz y solidaridad internacional al finalizar la Segunda Guerra Mundial está en riesgo de desaparecer. Con ella desaparecería también el respeto a los valores universales consagrados en la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Pronto podríamos estar en una situación en la que las reglas del derecho internacional serán sustituidas por reglas impuestas por el derecho del más fuerte. La ley de la selva imperará. El respeto a la igualdad entre naciones desaparecerá.
Ante este panorama muchos se preguntarán como deberíamos responder como universidad.
La respuesta es sencilla.
El propósito de nuestra institución no es transformarse en partido político para imponer un programa político o en organización de la sociedad civil para imponer una visión particular de justicia social.
Como universidad, nuestra obligación es enseñar a los jóvenes a pensar, no qué pensar.
Educándolos para que entiendan el resultado de sus acciones tanto en el corto como en el largo plazo.
Educándolos para que no discriminen a otras personas por el color de su piel, su origen o sus creencias.
Educándolos para que acepten opiniones divergentes dialogando con hechos y no con dichos.
Educándolos para que integren los instrumentos que proporcionan la ciencia y la tecnología para lograr un mundo más productivo y justo.
En suma, educándolos para que sean los garantes del respeto a los derechos humanos universales y la justicia social en nuestro mundo.
Mis planes de retiro en 2023 fueron saboteados por los acontecimientos que yo llamo “la crisis de la postpandemia”. Crisis que si bien demostró que nuestro sentido de comunidad es robusto y contamos con las estructuras institucionales para garantizar nuestra administración y supervivencia como universidad, descarriló mis planes personales de dejar la rectoría en 2023. Ante la emergencia que enfrentábamos acepté continuar en la rectoría por dos años más, pero mi edad y circunstancias familiares me obligan a reconocer que vivo horas extras en esta posición.
Al iniciar 2025 me encontré sopesando pros y contras tanto por razones personales como por razones institucionales, de continuar en la rectoría. A lo largo de este año sostuve conversaciones al respecto con mi familia, con amigos de confianza, con miembros del Consejo Empresarial, con miembros del Patronato de la universidad, con colegas dentro y fuera de la institución y hasta con antiguos compañeros de camino en el Banco Mundial que hoy gozan de su retiro. Agradezco a todos sus opiniones, consejos y discusiones que me permitieron definir una solución que acomoda parcialmente mis intereses profesionales y personales, al tiempo que permite normalizar el marco institucional que debe ser siempre la regla de nuestra actuación en la institución.
Por ello, agradezco a los miembros del Consejo Empresarial su recomendación al Patronato de la universidad, y a este último su ratificación, para refrendarme como rector por el período 2023-2028. Con esta solución cumplimos con la normatividad establecida en el Estatuto Orgánico de nuestra universidad y ponemos límite a mi permanencia en el puesto. Mi gestión debe terminar a más tardar en julio 1 de 2028. Algunos pensarán que es demasiado tiempo, otros que es poco, yo que es un poco más de lo que deseaba. Ello poco importa, lo importante es que juntos sigamos construyendo la universidad que queremos y debemos ser.
Muchas gracias