Dra. Cecilia Anaya Berríos, Rectora Interina de la Universidad de las Américas, Puebla.

Distinguidos miembros del Consejo Académico, Vicerrectores, Decanos, Directores y estimados miembros de la Facultad de la Escuela de Ingeniería.

Orgullosos padres, invitados y familias, y por supuesto, los más importantes, alumnas y alumnos de la 79° Generación de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de las Américas, Puebla que hoy se gradúa.

Buenos días a todos.

Agradezco profundamente el honor y privilegio regresar a mi Alma Máter, 34 años después de haberme graduado como Ingeniero Mecánico en mi querida Universidad de las Américas, Puebla, para acompañarlos en este día trascendente en sus vidas.

La graduación al concluir la educación universitaria es, sin duda, no sólo un momento de gran alegría y satisfacción, sino uno de profunda reflexión. Es un momento para recordar los desafíos y dificultades superadas, los esfuerzos realizados, las amistades forjadas a lo largo de los pasados 4 o 5 años, así como las lecciones de vida aprendidas. Es también un momento para lanzarse y abrazar el futuro con esperanza, determinación y compromiso de tener un impacto positivo en México y en el mundo, para ustedes y sus familias.

Al reflexionar sobre el camino que han recorrido y que los ha traído aquí, y el horizonte que a partir de mañana se abre frente a cada uno de ustedes queridos graduados, quisiera compartir algunas ideas que estoy seguro tienen el poder de dar forma a su futuro e inspirar la grandeza que ya reside en todos ustedes, que han guiado a las personas a lo largo de la historia y continúan inspirándonos hoy en día.

La integridad es la base sobre la que se construyen todos los grandes logros y los convierten en un legado. Es la brújula que guía nuestras acciones y decisiones, nuestra conducta en cualquier situación, con cualquier persona, y que asegura, aunque podamos equivocarnos, que nunca lo hagamos por las razones equivocadas. Mantengan su integridad en todo momento y defiéndanla a toda costa, principalmente cuando enfrenten dificultades y desafíos, nunca opten por la salida fácil, escojan siempre la correcta. Cuiden su nombre, el buen nombre que recibieron de su familia, y cuiden su reputación, pues ambos, nombre y reputación, los acompañarán a lo largo de toda su vida.

La perseverancia es la energía inagotable que impulsa y convierte los sueños en realidad. El verdadero éxito no se trata de obtener lo que quieren, sino de mantenerse comprometidos con lo que quieren, a pesar de las circunstancias. Acepten los contratiempos, los desafíos y los fracasos, ya que cada uno son peldaños para alcanzar el éxito que desean. La vida pondrá constantemente a prueba su determinación y su convicción. Abracen con perseverancia los reveses temporales que lleguen a vivir, ya que los fortalecerán si están abiertos y dispuestos a extraer las preciosas lecciones que les permitirán, al volver al intentarlo cuantas veces sea necesario, superar los obstáculos y aprovechar las oportunidades que surjan frente a ustedes. Nunca se rindan ante una dificultad, confíen en sus capacidades, fortaleza y resiliencia, y sigan adelante.

El espíritu de servicio y la generosidad son el sello de los verdaderos líderes. Todos ustedes están llamados a ser líderes en su vida, y el liderazgo no se trata de estar a cargo, se trata de cuidar a las personas que están a su cargo. Adopten en su vida una actitud permanente de servicio, extiendan una mano a todo aquel que la necesite y traten siempre de tener un impacto positivo en la vida de los demás. Busquen las oportunidades para servir, ayuden a cualquier persona a superarse y ser un mejor ser humano, porque en esos momentos encontrarán sin lugar a duda, verdadera realización.

La alegría y la felicidad no son objetivos en sí mismos; son consecuencia y resultado de una vida bien vivida. Persigan sus sueños con pasión, y hagan que su trabajo sea una fuente de alegría. La grandeza se encuentra en hacer lo que amas, y hacerlo mejor cada día. Acepten el trabajo duro, los desafíos y nunca subestimen el poder de su propio esfuerzo.

El éxito no se mide en dinero o por el número de elogios que reciban. Se trata del impacto que tienen en la vida de los demás. La paciencia, la persistencia y la transpiración son una combinación infalible para el éxito en la vida. Esfuércense por alcanzar logros significativos que dejen una huella positiva duradera en el mundo y en otras personas. Y recuerden que entre mayor sea el número de personas sobre las que lleguen a tener influencia, mayor será su responsabilidad sobre el impacto de dicha influencia en cada persona.

La amabilidad y el respeto son piedras angulares de una sociedad compasiva. Traten a los demás con empatía, acepten la diversidad y fomenten un sentido de pertenencia para todas las personas en todo lo que hagan. Construyan y cuiden las relaciones que los enriquezcan en su vida, y aprecien los momentos que realmente importan. Como dijo sabiamente Abraham Lincoln: "Y al final, no son los años de tu vida los que cuentan, es la vida que hay en tus años lo que cuenta". Hagan que cada año en sus vidas, cuente.

Finalmente tengan siempre presente que el futuro comienza cada día; hoy, no mañana, y se construye día a día. Todo lo bueno y valioso que han hecho hasta ahora, les ha permitido llegar con éxito hasta este momento y a este lugar. Al dejar la vida en las aulas de la Universidad, recuerden que tienen el poder y la responsabilidad de dar forma a su futuro, y que son sus acciones diarias de manera acumulada las que finalmente determinen en dónde estarán mañana. Acepten la responsabilidad que conlleva y hagan que sus acciones sean guiadas por la integridad, la perseverancia, el espíritu de servicio, la generosidad, el amor, la compasión y, sobre todo, el compromiso de hacer de México y el mundo un lugar mejor. Crean siempre en ustedes mismos y en el potencial ilimitado que yace dentro de todos y cada uno de ustedes.

¡Felicitaciones, Generación 2023 de la Escuela de Ingeniería de la Universidad de las Américas, Puebla! Que el viaje de su vida esté lleno de propósito, realización y la búsqueda inquebrantable de sus sueños y aspiraciones, y un futuro brillante y mejor para todos. Dios bendiga a cada uno de ustedes, su camino y sus familias.

Muchas gracias.