El español es una lengua de acento libre. Esto significa que la posición del acento puede recaer en cualquiera de los últimos cuatro segmentos silábicos de la palabra (en este caso se está utilizando la palabra como unidad lingüística). El acento libre se distingue del acento fijo por el hecho de poder ayudar, en ciertos casos, a descubrir la estructura morfológica de la palabra, cosa que el acento fijo nunca puede hacer. El hecho de que el castellano sea una lengua de acento libre ha llevado a estructurar la acentuación gráfica, creando así un sistema.
Recordemos que, por las características de las lenguas romances, las consonantes han sufrido diferentes modificaciones con el paso del tiempo. El español no ha sido la excepción; incluso hoy en día podemos percibir diferencias entre la pronunciación española y la latinoamericana.
Al momento de escribir, siempre existen ciertas dudas, ya sean de acentuación, signos de puntuación o sintaxis. Sin embargo, por los cambios ya mencionados, la confusión más frecuente recae en las consonantes que son fonéticamente iguales, es decir, que tienen el “mismo” sonido (aunque existen diferencias entre regiones hispanohablantes). Por esta razón, aquí se explican de manera resumida las diferentes reglas y aplicaciones de dichas consonantes, facilitando así su uso cotidiano.
La función de la preposición y de la conjunción es unir o enlazar palabras grupos de palabras u oraciones.