El phishing es como un truco que usan los ladrones en internet para engañarte y obtener tu información personal. Funciona así: recibes un correo electrónico, un mensaje de texto o ves un anuncio que parece venir de una empresa o persona de confianza, como tu banco o una red social. Este mensaje a menudo te pide que hagas clic en un enlace y entres información importante, como tu contraseña o número de tarjeta de crédito. Pero en realidad, el enlace lleva a una página falsa que se parece mucho a la real, y si escribes tu información allí, los ladrones la obtienen. Es importante estar alerta para no caer en estos trucos y proteger tu información.
Si eres víctima de un ataque de phishing, te enfrentas a varios riesgos:
Robo de identidad: Los atacantes pueden obtener suficiente información personal tuya para hacerse pasar por ti, lo que puede llevar al robo de identidad.
Pérdida de dinero: Si los estafadores obtienen los detalles de tu tarjeta de crédito o acceso a tus cuentas bancarias, pueden robar tu dinero.
Acceso a tus cuentas personales: Con tus contraseñas, los atacantes pueden entrar a tus cuentas de correo electrónico, redes sociales y otras cuentas en línea, y usarlas para su beneficio o para dañar tu reputación.
Instalación de malware: Algunos ataques de phishing incluyen enlaces o adjuntos que, si se abren, pueden instalar software malicioso en tu dispositivo, lo que puede llevar al robo de más información o dañar tu equipo.
Pérdida de privacidad: Los atacantes pueden acceder a información privada y confidencial, como mensajes personales o fotos, que podrían usar para chantajearte o publicar en línea.
Estrés y preocupación: Ser víctima de phishing puede causar mucho estrés y preocupación, especialmente si tienes que lidiar con las consecuencias del robo de identidad o pérdida financiera.
Estos riesgos resaltan la importancia de estar siempre alerta y ser cuidadoso con los correos electrónicos y mensajes que parecen sospechosos.
Marta recibe un correo electrónico que parece ser de su servicio de streaming de video favorito. El mensaje alerta sobre un problema con su pago mensual, indicando que su suscripción se suspenderá si no actualiza sus detalles de pago de inmediato. Preocupada por perder acceso a sus series y películas, Marta hace clic en el enlace proporcionado en el correo electrónico para "actualizar" su información de pago. El enlace la dirige a una página web que imita casi a la perfección el sitio oficial del servicio de streaming, donde ingresa su número de tarjeta de crédito, fecha de vencimiento y código de seguridad.
Unos días después, Marta descubre cargos no autorizados en su tarjeta de crédito para compras que ella no reconoce. Al contactar a su banco, se da cuenta de que ha sido víctima de phishing. El correo electrónico no era del servicio de streaming, sino de estafadores que crearon un sitio web falso para recopilar información financiera personal. Marta debe ahora hablar con su banco para disputar los cargos fraudulentos y obtener una nueva tarjeta de crédito, además de cambiar sus contraseñas y estar más alerta sobre los correos electrónicos sospechosos en el futuro.