Julio C. Penagos-Corzo
Este artículo pudo haber sido escrito en un 90% por una inteligencia artificial y solo un 10% por el autor, quien básicamente realizaría algunos ajustes para dejarlo “listo”.
Para ello, bastaría con ir a consensus.app, activar las opciones “Synthetize” y “Copilot” y finalmente hacer una pregunta: "What are the main uses and challenges of artificial intelligence in college education?" (¿Cuáles son los principales usos y desafíos de la inteligencia artificial en la educación universitaria?). Con el resultado, que vendría acompañado de citas reales con enlaces a las fuentes originales, el artículo estaría listo en un 90%. Cada fuente, además del enlace, incluiría una síntesis y una descripción sobre su tasa de citación o la reputación de la revista en la que fue publicado. Consensus.app, como apoyo para la investigación puede ser de mucha utilidad.
En lugar de eso, decidí solicitarle a una IA (en este caso ChatGPT), que me hiciera preguntas sobre algunas ideas que tenía en mente para este artículo, de tal forma que me ayudaran a clarificar el tema y el objetivo. Esto que hice es algo que puede repetirse en el salón de clases con los estudiantes.
La docencia tiene como una de sus funciones vitales desarrollar el potencial humano, y una parte esencial de este potencial es la creatividad. La creatividad es una forma de pensar que produce algo original y, a la vez, útil, relevante o valioso. En nuestras manos, como docentes, está potenciar esta forma de pensar con el uso de la IA, o desalentarla al dejar que una IA dé las ideas, cerrando los ojos y suponiendo que el o la estudiante las proporcionaron.
¿Cómo podemos ayudar a que los estudiantes tengan más y mejores ideas con el uso de la IA?
Aquí un ejemplo para el trabajo creativo de equipos en el salón de clases:
Plantear la situación, problema, ejercicio o tarea a resolver.
Integrar los equipos, que pueden ser desde duetos, por ejemplo, un humano + una IA, o varios humanos + una IA.
El prompt para la IA no deberá ser sobre dar ideas, sino sobre generar una pregunta que permita clarificar objetivos y pensar en alternativas.
Cada estudiante aporta sus ideas; al final se leen estas aportaciones a la inteligencia artificial y se le pide que actúe como un interlocutor experto que hace preguntas para ayudar a clarificar objetivos, establecer acciones, solucionar problemas y explorar alternativas.
Los estudiantes escuchan la pregunta, la abordan y se repite la acción hasta que se considere resuelto el ejercicio de clase o problema.
Ejemplo del prompt que pudieran dar los estudiantes a la IA: "Estamos trabajando en un proyecto colaborativo y queremos tu ayuda como experto. A continuación, te proporcionaremos nuestras ideas. Por favor, haz preguntas, preferentemente una a la vez, que nos ayuden a clarificar nuestros objetivos, establecer acciones concretas, solucionar problemas y explorar alternativas. Queremos que las preguntas sean naturales e interactivas, fomentando un diálogo que nos permita profundizar y reflexionar sobre nuestras aportaciones. A continuación, te leeremos lo que tenemos y cuando terminemos, empieza cuando estés listo.”
Esta implementación permitirá tener un experto más en cada grupo y ayudará a los estudiantes a pensar productivamente. No solo eso, aprenderán a dar valor a las preguntas que desafían y probablemente se favorecerá la flexibilidad en el pensar, es decir, el generar respuestas dinámicas ante entornos cambiantes.