Estimados Directores, profesores, alumnos y familias.
Hoy hace 36 años estaba sentado con los graduados. Recuerdo muy bien ese día. Como ustedes hoy, estaba muy contento por lo que esta ceremonia y ese día significaban.
Los años de universidad, decimos normalmente las personas con mas edad, son quizá los años de mayor crecimiento y aprendizaje. Son años en los que moldeamos nuestro carácter a medida que comenzamos a exponernos más, y con mayor autonomía y entendimiento, al mundo.
Durante la carrera universitaria de grado y las de posgrado, comenzamos a afinar nuestros intereses. Aprendemos de aquello que realmente nos apasiona, incorporando la mirada de nuestros docentes y pares. Es una experiencia trascendental y muy enriquecedora, que nos permite afianzarnos como personas, con nuestras individualidades, objetivos y sueños.
Yo tengo el honor como ustedes hoy, de ser un egresado de la UDLAP. Estoy muy agradecido a la universidad y a quienes formaron parte de mi formación durante esos años por las experiencias que viví aquí.
La UDLAP me ayudo a construir los cimientos de mi carrera profesional. Sobre éstos, he construido lo que soy como persona, y profesional el día de hoy. Tan crítico fue y es, el rol de la universidad que, gracias a ella, obtuve mi primer trabajo cuando una empresa se acercó en busca de talentos.
De mis 5 años en la universidad puedo recordar largas jornadas en los edificios de Ingeniería con algo de tiempo para venir a socializar a la cafetería.
Los Eneros y Febreros helados con el viento del Popo, que nos invitaban a comer una Dona y Café en el stand del Lago.
Los veranos donde me gustaba tomar alguna clase de Ciencias Sociales y Administración para poder desarrollar las habilidades de socialización que se daban muy bien por los edificios de Humanidades y Administración, y que a los Ingenieros nos costaban mucho trabajo.
Cómo no recordar los Jueves de fiesta……teniendo siempre presente evitar incluir alguna materia que tuviera clases los viernes por la mañana.
Cuches, Dartañan, Las Yardas, la Lunita….para terminar el viernes al mediodía reponiéndonos con un buen Bull del Delicias en Cholula.
Esto, que parece una pequeñés, me enseñó mucho, sobre todo a cómo construir un balance en mi vida, lo que creo, resulta clave. Tener un buen balance estudio-diversión, con el correr del tiempo me ha permitido evolucionar y construir mi vida basada en tres vectores: el trabajo, la familia y poder devolver algo de lo aprendido y de las oportunidades recibidas, a la sociedad.
También recuerdo los fines de semana, en los que todos los que éramos de lugares cercanos, regresábamos a nuestras casas para comer bien y tomar energía para la siguiente semana.
Valoro mucho la oportunidad de haber podido participar como miembro del Comité Estudiantil en 1985, donde aprendí habilidades políticas de mis compañeros de Relaciones Internacionales y pude ser parte activa de la historia Universitaria.
Recuerdo muy vívidamente también, la época de exámenes donde un 7.4 no era suficiente para pasar la materia, y donde si no hacíamos lo necesario a lo largo del semestre, ya era muy tarde para lograr el ansiado 7.5.
Todas estas vivencias crearon la base para construir mi vida profesional.
Pero este no es el final del camino. Si pensamos que ya terminamos de estudiar al terminar la universidad, quiero decirles que esto apenas comienza. Hoy más que nunca, la vida demanda que sigamos preparándonos para lograr estar listos cuando las oportunidades se presentan.
En mi caso, tuve la oportunidad de estudiar dos maestrías, posteriores a mi formación académica en la UDLAP. Ninguna de éstas me dio un ascenso en mi trabajo de manera inmediata, pero sí me dieron herramientas que años más tarde, cuando se presentaron las oportunidades pude aplicar y estar mejor preparado, y de ahí basado con los resultados, vinieron las promociones y pude ir escalando en la vida corporativa.
También puedo reconocer que a lo largo de estos más de 30 años de experiencias, me he equivocado, y lo que aprendí es que equivocarse es normal, es probablemente de los errores de los que uno más aprende. Lo importante aquí es, y esto es fundamental, tener muy claro el camino por el que queremos transitar y no equivocarnos allí. Los caminos cortos, fuera de las reglas es: ”one strike and you are out”. No hay vuelta atrás.
Nuestra reputación, lo que representamos, nos acompañará toda la vida, y es posiblemente el mayor activo con el que contamos. Cuídenla y valórenla, y bajo ningún punto pongan su reputación en riesgo, jamás.
Yo creo fervientemente en la meritocracia y puedo asegurarles que sí existe. El trabajo, esfuerzo y dedicación son los pilares para el desarrollo de una buena carrera profesional. Si a eso le sumamos nuestra reputación y capacidad de conectar con otras personas, de establecer vínculos, relaciones, y de hacernos conocer por una ética de trabajo positiva, llega el momento en que una recomendación te abre una puerta, pero depende de tus capacidades adquiridas y tu desempeño poder capturarlas, o dejarlas pasar.
El mundo ha cambiado drásticamente en los últimos 20 años, y seguirá haciéndolo. En GE, donde trabajo hace 16 años, tenemos un dicho: “La única constante es el cambio”.
El mundo se abrió. Ya no creo que podamos hablar de globalización tanto como de interconexión. Dependemos unos de otros, de personas en otros lugares del mundo, con otras culturas. Interactuamos constantemente con desafíos que muchas veces no entendemos completamente o conocemos de primera mano. El “efecto mariposa” es hoy increíblemente real.
¿Qué pasa si se cierra una planta de producción del otro lado del mundo? ¿cómo afectan en mi trabajo los problema políticos, sociales y económicos en el mundo? ¿Cuál es mi rol en el engranaje global, local, regional? ¿Cuál es el alcance de las implicaciones de una pandemia, o de una guerra? Ustedes lo experimentaron de primera mano teniendo que cursar gran parte de su carrera de manera virtual.
Tener una visión global es fundamental y esto significa que deberán incorporar todo esto y construir un nuevo modelo de liderazgo que no solamente incluye sus capacidades y conocimientos técnicos, sino humanos.
Los líderes de hoy son radicalmente distintos de los de la década del 80 y 90. La cultura organizacional, los valores que las empresas representan se han adaptado y deben seguir haciéndolo. La diversidad nos abre una puerta de aprendizaje y mejora contínua.
Las diferentes experiencias y puntos de vista enriquecen el ambiente laboral, cualquiera sea el área en la que decidan desarrollarse profesionalmente. Busquen siempre, en cada posición, trabajar con personas mejor preparadas que ustedes. Aprenderán de cada intercambio y capitalizarán su portafolio de capacidades. Ustedes son responsables de que este cambio continúe y sea cada vez más amplio.
Ustedes son los líderes del mañana y de ustedes dependerá la construcción de un mundo más equitativo, sustentable y sostenible. México y el mundo necesitan de este cambio urgentemente.
Para finalizar, quiero agradecer a los directores de la universidad quienes en los últimos años me invitaron a formar parte del Consejo de la Escuela de Ingeniería, primero como miembro y posteriormente tuve el honor de ser el Presidente del Consejo de la Escuela de Ingeniería por dos años.
Aquí, junto con un grupo de Ingenieros con experiencia en diferentes áreas pudimos hacer recomendaciones para lograr los reconocimientos internacionales con los que hoy en día la UDLAP cuenta. Es una enorme satisfacción poder seguir en contacto con esta institución y ser parte de su crecimiento, como ella fue parte del mío hace tantos años.
Muchas gracias a la Dra Cecilia Anaya por haberme invitado a ser parte de este día tan importante y haber podido compartir con ustedes un poco de mi vida profesional, cuyos cimientos se formaron aquí en este bello Campus.
Deseo a todos ustedes, los más de 1500 egresados, una brillante carrera y futuro profesional. Con el mundo frente a ustedes sólo queda plantearnos una pregunta: cuál va a ser mi rol en la construcción de un mundo mejor y en la creación de oportunidades para los jóvenes que en algunos años se sienten en estas butacas, con expectativas y sueños.
¡Muchas gracias y felicitaciones!