La Inflación y sus consecuencias
Dra. Elitania Leyva Rayón
La Inflación y sus consecuencias

Dentro de la problemática de la inflación, la disyuntiva entre inflación y desempleo es una de las principales preocupaciones que enfrenta un gobierno cuando implementa políticas económicas que tienen por objetivo incentivar la actividad productiva del país. En el largo plazo, la inflación que se genera cuando se imprime dinero es la característica principal que debe vigilar la autoridad económica, específicamente el Banco Central. Sin embargo, la creación de dinero es más compleja y controversial de lo que parece. Un aumento de la cantidad de dinero en circulación tiene tres efectos importantes para la economía en el corto plazo:

  • El aumento en la cantidad de dinero estimula el nivel total de gasto de todos los agentes económicos, es decir, se genera un incremento en la demanda de bienes y servicios.
  • El incremento en la demanda de bienes y servicios puede ocasionar que las empresas aumenten sus precios, pero antes de que esto suceda, el incremento en la demanda estimula a las empresas para que produzcan más y, por tanto, contraten a más trabajadores para satisfacer el aumento en la producción.
  • El aumento en el número de trabajadores contratados, debido al incremento de la demanda, disminuye el desempleo.

Los tres efectos anteriores son sujetos a fuertes debates entre los economistas, ya que en un periodo de uno o dos años varias de las medidas económicas implementadas por las autoridades influyen en la inflación y en el desempleo en sentidos contrarios.

Para darle mayor claridad a la exposición, cabe destacar que la causa principal de la inflación es el elevado crecimiento de la cantidad nominal de dinero, el cual a su vez se debe a la existencia de un gran déficit presupuestario y a la imposibilidad de financiarlo mediante préstamos procedentes del público nacional o extranjero. Además, la inflación es el resultado de la incapacidad del Banco Central para retirar de circulación la gran cantidad de dinero inyectada previamente para financiar el déficit presupuestario. Aunque también puede ser el resultado de incentivos políticos para reducir el valor real de la deuda pública por medio de un breve periodo de inflación.

Sin embargo, si un aumento de inflación significara una subida proporcional de los precios y los salarios (“inflación pura”) esta distorsión no afectaría a los precios relativos [por ejemplo, si una economía tuviera 15% de inflación (que los precios aumentaran 15% al año) pero el salario real de los trabajadores (salario expresado en bienes y no en unidades monetarias) también subiera 15% al año, entonces la inflación sería irrelevante]. La preocupación radica en que no existe la “inflación pura”, ya que durante los periodos de inflación los precios y los salarios no suben proporcionalmente, generándose pérdida en el poder adquisitivo de la moneda nacional.

La inflación afecta al nivel de ingreso real (por ejemplo, los jubilados reciben prestaciones que no suben al mismo ritmo que el nivel de precios) y crea incertidumbre en las empresas en la toma de decisiones de inversión futura. Por otra parte, al interactuar los impuestos con la inflación, si los tramos impositivos no se ajustan para tenerla en cuenta, los contribuyentes pasan a tramos cada vez más altos a medida que aumenta su salario nominal aunque su salario real no aumente o incluso disminuya.

A corto plazo, las autoridades económicas pueden utilizar diversos instrumentos para tratar de aminorar los efectos negativos de la inflación, por ejemplo, pueden cambiar la cantidad de dinero destinada al gasto público, variar los montos de los impuestos, modificar la cantidad de dinero que se imprime, y utilizar diversas combinaciones de política monetaria y política fiscal. Otra solución es utilizar a la tasa de interés como instrumento de política monetaria para retirar el excedente de dinero a través de operaciones de mercado abierto. De esta manera, el Banco Central puede aumentar la tasa de interés con el objetivo de incentivar a todos los participantes de la economía a deshacerse de su liquidez mediante depósitos bancarios y deuda de gobierno.

Por lo anterior, podemos concluir que a pesar de que el crecimiento en la cantidad de dinero trae consigo un aumento en la producción y una disminución en el desempleo, también tiene como consecuencia a la inflación, que resta poder adquisitivo al consumidor. La disyuntiva entre la inflación y el desempleo desempeña un papel clave en el análisis del ciclo económico, que consiste en las fluctuaciones irregulares de la actividad económica, medida ésta por las fluctuaciones en la demanda de bienes y servicios o por el número de personas desempleadas que están en busca de un trabajo.

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