Desde el enfoque de la salud mental, el especialista en psiquiatría José Javier Mendoza Velázquez 1 de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), menciona que como en cualquier emergencia, las personas diagnosticadas previamente con algún trastorno mental pueden estar más susceptibles a la situación.
Desde la aparición del COVID-9, el riesgo de contagio, la información falsa y la acumulación de preocupaciones relacionadas con la pandemia, así como la situación económica y el distanciamiento social, están impactando de forma negativa el bienestar psicológico de las personas. Por ejemplo, quienes sufren de ansiedad son propensas a experimentar pensamientos obsesivos compulsivos y preocupación excesiva respecto al contagio y síntomas del COVID-19. También son vulnerables quienes tienen problemas de somatización e hipocondría, los adultos mayores y aquellos que padecen alguna enfermedad respiratoria como neumonía o asma, diabetes e hipertensión arterial. Esta preocupación puede derivarse en sentir riesgo de muerte debido al señalamiento de este sector de la población como un grupo con alta mortalidad entre quienes han sido contagiados con Coronavirus.
Lo anterior nos lleva a la importancia de ser selectivos con la información a la que prestamos atención, debido a que en nuestra sensación de vulnerabilidad ante el riesgo de contagio puede llevarnos a una percepción pesimista. Por ello es importante revisar la autenticidad, confiabilidad y destinar tiempo específico para estar al día, de lo contrario estaremos recibiendo mensajes que incrementan el sesgo catastrófico con que procesamos la información.
Hay una diferencia entre sentirse inquieto por un tema incierto y estar ansioso hasta el punto de que la preocupación dificulta el rendimiento en las actividades cotidianas y el descanso o las dificultades para conciliar o mantener el sueño. Es posible que, con la intención de reducir las probabilidades de contagio, se desarrollen conductas compulsivas de limpieza tanto de uno mismo como del entorno y los objetos a nuestro alcance.
Para tener una buena salud mental y disminuir las reacciones de pánico durante esta contingencia sanitaria, es prioridad informarse en medios confiables como la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las estrategias para disminuir el contagio y otras recomendaciones para procurar nuestra salud. Además de establecer tiempos específicos en diferentes momentos del día en medios y regular la interacción en redes sociales; debido a que la exposición a información constante puede incrementar el estado de alerta y el miedo.
En la medida en que se manejen los estímulos que potencian las emociones desagradables, será más sencillo mantenernos enfocados en nuestras responsabilidades, conservar una rutina, cultivar las relaciones interpersonales a través de la tecnología y resignificar el distanciamiento social como una experiencia de reflexión y desarrollo personal.
1 Angustia y actitudes compulsivas: cómo afecta la información del coronavirus a las personas con ansiedad, en: www.infobae.com/america/mexico/2020/03/22/angustia-y-actitudes-compulsivas-como-afecta-la-informacion-del-coronavirus-a-las-personas-con-ansiedad/. 22 de marzo del 2020.
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