Tragedias desconocidas
Dr. Mario de Marchis Pareschi


El único problema filosófico verdaderamente serio es el Suicidio.
Juzgar si la vida es o no digna de vivir es la respuesta fundamental a la suma de preguntas filosóficas
Albert Camus (1913-1960)


Tragedias desconocidas

Todos nos preocupamos y nos acongojamos por los homicidios, y después de la tragedias terroristas de los últimos meses, y también por la facilidad con que se consiguen las armas en USA y se acaba violentamente con la vida de inocentes, que se están divirtiéndose despreocupadamente en un local nocturno. Pero nuestros vecinos del norte deberían estar, no solamente preocupados, sino en emergencia nacional por el número de suicidios que se cometen en su tierra. Son 18 suicidios cada 100,000 habitantes, contra los 4.66 homicidios, por el mismo números de habitantes. Y los muertos en accidentes de carretera son 10.6, más del dobles de los homicidios. Y salvo Latinoamérica, en donde el número de homicidios es mayor que los otros dos rubros, en los demás países, los suicidios son la verdadera “pandemia” nacional y podemos decir de alcance mundial.

Con una componente fuertemente de “genero”: prácticamente son más del 80% los suicidas que son hombres. Tanto en Corea del Sur, como en Japón, son más los suicidios cada 100,000 habitantes, que los homicidios en México y respectivamente son 35 y 72 veces más que los homicidios que se cometen en sus respectivos países, como podemos apreciar en la tabla que les muestro a continuación.

Tragedias desconocidas


Solamente en China, las personas que acabaron con su vida por su propia mano, en el 2013, fueron 303, 217 (esto significa 838 al día) y 255,680 los seres humanos que pasaron a mejor vida en las carreteras del país del imperio celeste.

Tailandia es el país con el mayor numero de muertos en percances automovilísticos: 36 cada 100,000 habitantes.

En nuestro país, que presenta uno con los índices más bajos, constatamos que mueren más de 12 suicidas al día y 37.4 sobre el asfalto, cada 24 horas, que creo es un número importante.

Si ampliamos la mirada a nivel mundial, son más de 750,000 los suicidios reportados en 2013: es el equivalente de desaparecer los habitantes de dos Cuernavaca o, para hacer más gráfica la analogía, tres veces las victimas de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, que tanto han calado en nuestra menoría colectiva, como una de las mayores tragedias de la humanidad. Y si tomamos en cuenta los percances automovilístico, que fueron en ese mismo año 1,314,000, el total sería de casi 2,100,000 seres humanos; es como si desapareciéramos cada año la población total de las tres principales ciudades de Austria: Viena, Graz y Linz.

¿Por qué estos datos no hacen noticia?

¿Por qué nadie hace nada?

¿Y dado que el 80% son hombres, que palabra acuñaríamos para esta tragedia?

¿”Homosuicidios”? ¿”Mascosuicidios”? ¿”Machosuicidios”?

¿Por qué es tan pronunciada la diferencia entre hombres y mujeres?

¿Es un problema de “genero”?

También en el caso de los homicidios, la proporción entre los dos sexos es igual de desproporcionada.

¿Por qué somos tan diferentes, por lo menos en estos aspectos, hombres y mujeres?

Tal vez acercándonos a la psicología evolutiva y a la primatología, podremos encontrar una respuesta.

Pero este es tema para otra plática.

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