Equipos de alto desempeño: un enfoque olímpico
Dra. Juana Cecilia Trujillo Reyes
Equipos de alto desempeño: un enfoque olímpico

Muchas historias y nuevos récords mundiales acaban de quedar inscritos el pasado fin de semana con el cierre de los Juegos Olímpicos. En esta edición de Río 2016 se han inmortalizado nombres de atletas como los norteamericanos Michael Phelps y Katie Ledecky en natación, y Simone Biles en gimnasia, por citar algunos ejemplos. En el medallero olímpico también han quedado registrados los equipos de voleibol de Brasil y China, masculino y femenino, respectivamente, así como el triunfo logrado por el equipo alemán masculino en canotaje de velocidad o el nado sincronizado de Rusia. Pero, ¿qué ha llevado a estos y a otros deportistas a lograr tan preciado premio esperado cada cuatro años? Y, ¿por qué unos jugadores o equipos tienen mejor desempeño que otros? La respuesta es simple: un propósito claro, trabajo conjunto, unión de capacidades, orientación al logro y apoyo.

Ahora que acaba de pasar la euforia por los recientes Juegos Olímpicos, vale la pena reflexionar cómo se pueden lograr equipos de alto desempeño en las organizaciones. Los deportistas saben lo que cuesta ganarse una medalla olímpica y la tarea no es fácil. Como en el deporte, para tener equipos de alto desempeño, en las organizaciones el reto radica en reforzar diversos pilares.

En primer lugar, los integrantes del equipo deben tener un propósito claro. La presencia de un objetivo en común es fundamental, porque denota hacia a dónde se quiere llegar, pero dicho objetivo ha de ser compartido y es corresponsabilidad de todo el equipo lograrlo, para cumplir con el propósito establecido. El equipo necesita tener claramente definido hacia a dónde tiene que dirigir sus esfuerzos, qué se espera como resultado final. Por lo tanto, es necesario definir metas claras y específicas que lleven al equipo al logro del objetivo, ya sea desarrollando un nuevo producto, trabajar en un proyecto, incrementar la cuota de mercado, o como en las Olimpiadas, el propósito común será ganar un partido, una posición en el pódium olímpico o incluso romper un récord.

En segundo término, el trabajo no debe ser individualista, sino con las aportaciones de todos de forma colectiva. Cada individuo responde por el trabajo conjunto. Más aún, el trabajo en equipos de alto desempeño no sólo se da por la suma de los esfuerzos individuales, también implica la movilización de capacidades y habilidades para llegar a un resultado estraordinario. Este efecto, también conocido como sinergia, lo generan actitudes de cooperación genuina, donde las acciones de dos o más individuos, producen un efecto superior al que se podría conseguir con la simple suma de las aportaciones individuales. En un equipo deportivo el rol que jueguen todos los miembros, tanto en esfuerzo físico como psíquico genera un efecto superior.

En tercer lugar, todos los integrantes se complementan. Es imposible que un solo individuo posea todas las habilidades para lograr con éxito un objetivo. Los miembros de un equipo de alto desempeño complementan sus talentos y capacidades, por lo que la heterogeneidad es importante. La dinámica con la que trabaja un equipo de alto desempeño logra descubrir y despegar talentos diferenciados, además de generar un fortalecimiento mutuo. La habilidad deportiva de cada miembro y la combinación con la de los demás jugadores, se despliega con mayor fuerza, si al mismo tiempo el entrenador los motiva a dar lo mejor de sí y entre todos se alientan para alcanzar el objetivo.

Por otro lado, la orientación al logro es determinante. Se podrá tener una meta clara, intención de trabajar de forma colectiva y diversidad de capacidades, pero si no existe determinación y coraje (entendiendo como fuerza de empuje) para conseguir la meta, el resultado se quedará en un “jugamos como nunca y perdimos como siempre”. ¿Nos suena familiar esta frase? El dar lo mejor, implica constante dedicación, disciplina, responsabilidad y compromiso, e incluso en algunos casos sacrificio. Un equipo de alto rendimiento que quiere lograr un objetivo, cuenta con gente altamente comprometida que se esforzará constantemente, día a día, para el logro de la ambicionada meta. En los deportes, por ejemplo, si un jugador quiere romper un récord mundial, pasará horas en el gimnasio preparándose de acuerdo al programa de entrenamiento establecido, sacrificando tiempo lúdico o incluso el consumo de postres que tanto le apetecen.

Finalmente, un equipo de alto desempeño ha de contar con el apoyo de sus directivos, proporcionándoles los recursos necesarios para su buen desempeño. En un sentido amplio de soporte, dichos apoyos pueden ir desde recursos materiales, humanos, de información y financieros, hasta tiempo, capacitación y respaldo para la toma decisiones. Si una organización quiere contar con equipos de alto desempeño y que éstos la ayuden a subirse al podio olímpico más alto ha de proveerle de lo necesario, porque no todos los equipos estarán conformados por un Misael Rodríguez, dispuestos a dar la cara solamente por una motivación intrínseca.

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