25 X 25 X 25: Encuentro De Arte En Pequeño Formato

Del 5 de marzo al 17 de mayo, 2015

Cabe recordar, me parece, que una obra de arte no logra nunca expresar su completa autonomía sea en el ámbito de la percepción sea en el ámbito de la significación sea en el ámbito de la historia. Y más aún todavía si surge para responder directamente a la voz de una determinada convocatoria cuyo principal objetivo es recordarnos que somos primero seres en el tiempo, por ende, artistas en el tiempo y que parte de nuestra producción, puntualmente, no puede más que obedecer a los mismos rituales del tiempo. Sin embargo, este tipo de determinismos externos a los que se ven sometidos tanto el artista que produce como la obra producida no deben asombrarnos sobre todo en un país como México que ha emplazado la mayor parte de su producción milenaria, sobre todo escultórica y arquitectónica, en la visibilidad de una temporalidad sagrada, acorde con el inicio o fin de los ciclos de aparición de determinados cuerpos celestes. Pero en un ámbito no cultual, el de nuestro mundo contemporáneo occidentalizado, los latidos del tiempo se han vuelto seculares, brincando sin más del cuarto a la mitad y de la mitad a los tres cuartos antes de alcanzar, por fin, la cifra redonda. Así que por el momento y de acuerdo a la línea de tiempo de la Universidad de las Américas Puebla, nos toca [25 x 25 x 25].

En este sentido [25 x 25 x 25] no es más que un umbral interno de coherencia asignado a la obra de arte en relación tanto con las obras de arte por existir como con las obras de arte existentes en un ámbito local-regional, nacional-internacional. Es la referencia que posiciona, determina, censura. Pero también define, condiciona, limita. Es la referencia que restringe el campo de lo posible de la obra de arte sea bi o tridimensional, fija o animada, efímera o no. Sobre todo, quizá, al ser de primera aprehensión o no, la resolución formal de la obra acordada y propuesta por el artista, en el sentido que no se puede tratar de decir o manifestar algo totalmente nuevo sino más bien decir o manifestar de manera otra algo ya dicho o ya manifestado. De ahí que el marco de producción de la obra de arte impuesto por la convocatoria pueda efectivamente jugar el papel detonante para la revisión o el replanteamiento, según, de una propuesta más acorde con [25 x 25 x25]. Dejando claro, sin embargo, que una obra generada por el espíritu no es más que una forma particular por medio de la cual se manifiesta y emplaza el artista en un determinado tiempo y espacio. Dicho en otros términos, de acuerdo a [25 x 25 x 25] el artista no se reinventa sino que se reposiciona.

Pero: ¿qué serían todas estas obras sin un determinado espacio museal que les permite re materializarse acorde con las modalidades de un montaje específico? Sin olvidar, claro, al imprescindible espectador que manifiesta a su manera la necesidad de ciertos factores externos a la obra para que la misma pueda existir en su condición de obra de arte porque, ni modo, el requisito básico para que la aisthesis pueda activarse sigue fundamentándose, aun con las particularidades de nuestro mundo contemporáneo, en el reconocimiento de la obra en su específica dimensión de obra de arte más aún cuando el productor de la obra no goza todavía de aura. Por lo tanto, deseamos que la teatralidad inherente a una exposición conmemorativa tipo [25 x 25 x 25] no se posicione más allá de ser sólo un elemento de la misma y pre acordado por la necesaria dimensión temporal del evento sin llegar a opacar la dimensión formal de las obras expuestas.

Laurence Le Bouhellec
Cholula, Febrero 2015.

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